viernes, 27 de febrero de 2009

B106- Las "IDEAS" del Secretario de Derechos Humanos

Boletín de fecha 03 de agosto de 2007

Temas desarrollados
Origen de la política de “Derechos Humanos” del actual gobierno.
Los niños nacidos en cautiverio
Desconocimiento de la existencia de la guerra revolucionaria.
Algunas reflexiones finales .

Origen de la política de “Derechos Humanos” del actual gobierno.

Para poder comprender las políticas de DDHH del gobierno nacional nada mejor que conocer lo que piensa aquél que conduce la cartera respectiva. En este caso se trata de analizar el pensamiento y orientación del Dr Eduardo Luis Duhalde
[1] a partir de un libro escrito por él en el exilio e impreso en diciembre de 1983 en nuestro país con el título “El estado terrorista argentino”. La tesis que desarrolla es que la implementación del “terrorismo de estado” ( por él supuesto), respondió a la necesidad de imponer un modelo económico y además, por otras razones necesarias para avalar esa tesis , sostiene que hubieron 30.000 desaparecidos y que hubo un genocidio, ocultando los datos reales que él disponía, en razón de su profesión y actividad. (abogado, militante ideológico de la subversión y defensor de terroristas ).

Es notorio en su lectura que todas sus referencias y apoyaturas bibliográficas se hacen sobre autores que sostienen la lucha de clases y la visión del marxismo leninismo.

Insiste en el ataque al capitalismo y ensalza la lucha de clases ( “la luchas políticas y reivindicativas de las masas populares”) , asegura que los obreros son antipatronales y antiimperialistas, lo que no refleja nuestra realidad.. Afirma, sin conocer los programas de estudio , que los cuadros militares latinoamericanos eran instruidos por EEUU, en contrainsurgencia y en lo ideológico, preparándolos para hacerse cargo de los gobiernos de sus países.

Expresa erróneamente que en Tucumán, las FFAA intervinieron con la doctrina de contrainsurgencia norteamericana y dice que comienza allí el terrorismo práctico: “secuestros, centros clandestinos de prisioneros, interrogatorios y torturas, retención ilegal y sin término”, cuando en realidad las FFAA iniciaron una operación de guerra en cumplimiento de órdenes impartidas por un gobierno constitucional y legítimo y aplicaron la doctrina y reglamentos vigentes( con doctrina francesa). El éxito obtenido respondió a la suma de los combates librados cuerpo a cuerpo en el monte y a los métodos de guerra no convencionales aplicados sobre su retaguardia, que también respondían a esos reglamentos vigentes.

Para el autor, los terroristas “eran miembros opositores a la dictadura, (¿en los gobiernos de Perón e Isabel también?) o militantes populares. En la pag 70 dice que “ las víctimas (desaparecidos) eran los civiles argentinos sospechosos de liberalismo, progresismo o idealismo” (por supuesto no dice que pertenecían a las organizaciones armadas clandestinas y que los asesinatos, los atentados, secuestros extorsivos, intimidaciones y torturas, era su normal desenvolvimiento)
[2]

Lo que los gobiernos constitucionales y de facto llamaban “terrorista subversivo” él lo define falazmente como “un militante político de una organización revolucionaria, extensible a todo opositor democrático y antiimperialista”.

En la Pag 91, se refiere a que la represión fue institucional y que todo el personal militar participó debido a las rotaciones ordenadas. Y en la página siguiente transcribe las palabras del general Riveros en la 705 reunión de la Junta Interamericana de Defensa ( 24 Ene 80) que expresó: “Hicimos la guerra con la doctrina en la mano….Esta guerra la condujeron los generales, los almirantes y brigadieres…La guerra fue conducida por la Junta Militar …” Ésto ratifica que fue una guerra institucional, conducida por el poder político, inicialmente el gobierno constitucional luego el de facto, a partir de marzo de 1976. y no excesos de unos pocos.

Describe lugares de detenidos que le habrían descripto 50 personas liberadas, sin aclarar la contradicción existente entre su afirmación de que a todos los prisioneros se los mataba, y éstos que estaban liberados, sin explicar cómo ni por qué.

Dice también que la derrota en Malvinas fue debido a “la carencia de virtudes de su oficialidad, acostumbrada a matar sin mayores riesgos en la lucha antisubversiva, pero poco dispuesta a los sufrimientos y pérdidas de una guerra convencional frente a un enemigo decidido a ganar”.
Con lo cual, además de mostrar su animadversión contra las FFAA desconoce los porcentajes de bajas de oficiales y suboficiales durante esa gesta, que rebaten por sí mismos estas afirmaciones (cuya actuación ha sido ponderada en muchos libros escritos por los jefes ingleses intervinientes en el conflicto) Además está aceptando tácitamente que hay “guerras no convencionales”, como la guerra revolucionaria .

En la Pag 145 dice que “todo izquierdista, era considerado enemigo a exterminar”. (sin explicar por qué no se ilegalizó ni se persiguió al Partido Comunista)

Justifica que las estructuras de las organizaciones políticas revolucionarias fueran clandestinas diciendo que era para defenderse de la “Triple A”. Sin “recordar” que las primeras actuaban desde 1970 y la Triple A, desde fines de 1973. Expresa que el criterio era la eliminación física de todos, aún los de escaso compromiso político ( En contradicción con lo expresado respecto a los liberados)…y repite lo de los 30.000 desaparecidos como slogan reiterativo.
En las descripciones que efectúa el autor sobre los presuntos torturados, siempre hay gran imaginación para novelar y hacer extremadamente cruel a los interrogadores, inventando situaciones y generalizando procedimientos que contienen un gran ingrediente psicológico para llegar a los jueces y al público nacional e internacional. Las crueldades denunciadas en su casi totalidad, eran falsas por innecesarias, ya que es conocido que la masa de los apresados daban información por la sola situación en que se encontraban.
La gran cantidad de actuales testigos y acusadores ( pagados) fueron prisioneros pertenecientes a las organizaciones terroristas, liberados por haber colaborado ampliamente y sin limitaciones con las FFAA. (Debemos dejar constancia que otra gran cantidad de combatientes revolucionarios no aceptó esta acción política pergeñada por el CELS y otros abogados, que lucran con los derechos humanos, ni aún con estímulo de dinero u otras prebendas ).

En la Pag 181 , en el límite de su paroxismo, expresa que las víctimas entre asesinados, detenidos y desaparecidos alcanza la cifra de 50.000 !! ( ¡Para mentir hay que hacerlo en grande! ya que los datos de la CONADEP – inflados por falsas deuncias - hablaban de 7.830 legajos, de los cuáles sólo 4.905 tenían datos de identificación de presuntos desaparecidos).

Los niños nacidos en cautiverio.

En la Pag 193 , parte deliberadamente de una cifra que sabe falsa: “30.000 desaparecidos”, afirmando que cada 2 hombres había una mujer, ( También falso, ya que las listas de “presuntos desaparecidos” difundidas por las organizaciones de DDHH y la misma CONADEP”, prueban que la proporción era de 3 a 1 ) y que por lo tanto, las desaparecidas eran 10.000, y que debido a las edades y estadísticas de Argentina, (que consideraría preñada el 5 % de la población femenina) alrededor de 500 o más de esas mujeres, debían estar embarazadas… .

Sin embargo, si hacemos el mismo cálculo con números mucho más reales : 4905 presuntos desaparecidos (número que figura en el anexo de la CONADEP con identificación completa y número de documento) y de ellos, un tercio, o sea 1.226 mujeres, tendrían que estar embarazadas alrededor de 82 , sin tener en cuenta que no todas habrían llevado a feliz término su embarazo.

Es decir, que de esa metodología sobre datos falsos – desde el inicio - el ahora Secretario de DDHH ha inducido un falso número de niños nacidos en cautiverio y el posterior clamor y denuncia de las “abuelas de plaza de mayo” por 500 niños nacidos en cautiverio. ¿ O debemos creer que es una coincidencia de números las denuncias de la señora Carlotto?

También se refiere a 130 adolescentes entre 15 y 18 años , desaparecidos e inocentes….. ( ¿estaría en esa nómina el asesino que tenía 16 años del Cap Viola y su hijita, y otros tantos criminales pertenecientes a las OPMI de esas edades? ). No dice nada el autor de todos los menores reclutados por las organizaciones terroristas, incluyendo muchos estudiantes secundarios, pertenecientes a la “Unión de Estudiantes Secundarios – UES” - de Montoneros (que eran milicianos con instrucción política y militar) y la “Juventud Guevarista” del ERP, en contravención a los principios de la Convención de Ginebra de 1949 (Protocolo II Adicional ).
Recordamos que la Ley del Servicio Militar Obligatorio se cumplía a los 18 años y que fueros “esos casi niños”, como los llama el autor, los que formando parte de los “ejércitos del ERP y Montoneros” traicionaron a sus compañeros que prestaban servicio por ley y entregaron las unidades militares que fueron atacadas para robar armamento, participando en la matanza de oficiales, suboficiales y soldados (también de 18 años), además de colocar explosivos en atentados terroristas varios.

Desconocimiento de la existencia de la guerra revolucionaria.

El autor fiel a su ideología y a sus intereses políticos, dice: “Una guerra que no existió. Un enfrentamiento entre el brazo armado del gran capital y un pueblo indefenso. Un genocidio planificado”(Pag 120).
La falta de racionalidad en sus expresiones sólo nos puede hacer pensar con desazón que este personaje es hoy “Secretario de Derechos Humanos” del gobierno nacional. ¿ Podemos esperar justicia y equidad ? Porque niega expresamente que hubo una guerra a pesar de la constancia de la existencia del desarrollo de una “Guerra Revolucionaria” aceptada por la Cámara Federal que juzgó a las Juntas militares (Causa 13) y por todos los combatientes revolucionarios ( Hay documentos internos, panfletos, revistas y libros escritos por ellos donde lo sostienen). Como hombre de Derecho, no puede tampoco ignorar que la Convención internacional sobre el genocidio, incorporada a nuestra legislación en 1956, define claramente las características de ese delito – definición aceptada hasta hoy – que no encuadra en ninguno de los actos cometidos por las FFAA argentinas.

Para completar sus mentiras, refiriéndose a los terroristas muertos, en la Pag 221, dice (…) “ así pacíficos hombres y mujeres aparecen como “guerrilleros muertos en su ley”

En las páginas 236/7 expresa que si a los prisioneros los iban a matar, no entendía por qué los torturaban…Luego da alguna de sus explicaciones: que las torturas las hacían por “odio de clases” (como si los “torturadores” – hoy acusados – pertenecieran a la “oligarquía o al nivel alto del sector empresarial o financiero” ) por “razones religiosas” con un criterio expiatorio…porque con sus sufrimientos pagaban sus culpas” ???, por debilidad moral, así se sentían más fuertes ( ¿ Eran sádicos, enfermos, locos, débiles mentales? ).

Lo raro es que, en su elucubración, no pensara que era para extraer información y poder destruir a la organización terrorista enemiga. ¡O sería porque eran pacíficos ciudadanos o jóvenes altruistas!

Finalmente en su tercera parte, en la Pag 252, trata la actividad a desplegar - estrategia a ejecutar - y los conceptos básicos para el accionar político y jurídico, que fueron elaborando junto con Rodolfo Mattarolo (hoy su Subsecretario de DDHH – ex ERP ) y otros, que les permitió desarrollar con apoyo internacional , una persecución judicial contra sus vencedores, en reemplazo de la lucha armada inicial que habían perdido. De esa forma planificaron cómo obtener:

1. Jurisdicción internacional
2. Su carácter de delito continuo
3. La imprescriptibilidad de la acción
4. los criterios de responsabilidad objetiva. ( en función de los cargos y responsabilidades)
5. La inversión de la prueba
6. Los remedios procesales internacionales

No obstante explicarlas más adelante, en la pag 255, aclara que estas observaciones, a pesar que van dirigidas a los “juristas idóneos”, son más políticas que jurídicas. ( y entonces ???)

En la Pag 261 expresa cual era el objetivo buscado con esa estrategia al decir : “ ningún hecho puede quedar en el olvido, ni ningún crimen por investigar y juzgar. No puede haber impunidad alguna. No hay terceros caminos, ni soluciones intermedias”
(Por supuesto amigos lectores está hablando de las fuerzas legales, no de los crímenes de los terroristas subversivos que él prohijaba, adoctrinaba e impulsaba).

Por último en sus páginas finales reflexiona: “Así, la desarticulación del aparato represivo ilegal, el castigo de los crímenes e ilícitos cometidos y el fortalecimiento de una democracia popular, profundamente participativa, aparecen como el único reaseguro contra la supervivencia del Estado Terrorista”. … “La excusa de la guerra contra la subversión internacional, fue la máscara con que se disfrazó los vastos objetivos del golpe: impedir la construcción de” … “una sociedad civil que tarde o temprano debía desembocar en un proceso liberador autónomo, independiente y consecuentemente antiimperialista” … “ democracia participativa en todos los órdenes de la vida nacional, desde abajo hacia arriba, es el largo camino de la victoria popular”.

ALGUNAS REFLEXIONES FINALES.

1.-El autor sostiene que durante el período del gobierno de facto de las FFAA, 1976 /1983 , se constituyó un “Estado Terrorista” . No existe una categoría o tipificación jurídica desde el punto de vista del derecho penal ni constitucional, que encuadre dicho concepto, ni está consagrado en ningún tratado internacional. Conocimiento que debe tener el autor que es abogado, fue juez y también profesor universitario en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UBA . Los códigos penales sancionan conductas individuales de personas físicas exclusivamente. El Estado es una persona jurídica y por lo tanto no comete ilícitos penales.

Los terroristas , las organizaciones de DDHH y los abogados que los defienden insisten en imponer el concepto de “terrorismo de Estado” para adoptar el rol de víctimas. Por lo tanto si logran imponer ese concepto político , habrá víctimas de ese terrorismo. Así, los terroristas pasan de ser agresores de la sociedad a ser protegidos y defendidos por el mismo Estado .
Su intención al sostener esa denominación es demonizar y punir la acción defensiva llevada a cabo por las instituciones del Estado, que de ser víctima de esa agresión se convierte en victimario, cuando se logra instalar un término político (no jurídico) de deliberada connotación ideológica.

2.-Respecto a su tesis de que el “terrorismo de Estado” se impuso para sostener un modelo económico social liberal, que sólo podía ser puesto en ejecución acallando las voces contrarias mediante ese terrorismo efectuado desde el Estado , es una falsedad fácil de comprobar con sólo repasar el material documental de la época que reflejan con lujo de detalles el caos imperante y el riesgo de disolución nacional los meses anteriores al golpe de Estado. Por otra parte las políticas, liberales o neo liberales, continuaron y se acentuaron en la década del 90, sin que curiosamente, los gobiernos tuvieran que recurrir a la represión y al “terrorismo” para “disciplinar la sociedad” e imponer esos modelos económicos.

Consecuentemente, no existe argumento fundado alguno que permita relacionar las acciones necesarias para defender a la población y a sus instituciones de la acción armada de quienes querían asaltar el Poder para cambiar el sistema constitucional, con “la supuesta imposición, mediante el miedo, de una política económica determinada”.

Este libro es otro intento de justificar la idea y la praxis utilizada por los marxistas leninistas, aplicando los procedimientos e ideología de la “guerra revolucionaria”, ya que el enemigo a batir siguen siendo las fuerzas armadas que son el “baluarte” del sistema que pretenden cambiar para convertir nuestro país en una dictadura comunista (disfrazada como socialista democrática) donde el “capital y los negocios consecuentes, lo manejen los revolucionarios”

FIN DEL BOLETÍN Nro 106.

[1] Abogado. En 1968, su estudio de la calle Rodriguez Peña al 200 era “un polo nacionalista revolucionario” ( libro “Galimberti” de Larraquy y Caballero). A principios de los 70, Santucho lo contrató para defender al ERP porque se iba a iniciar una guerra donde había que preparar los defensores (libro “Todo o nada” de María Seoane). En 1972 recibió en Chile a los terroristas escapados de Rawson. Como director de la revista “Militancia para la Liberación”, junto con Ortega Peña - asesinado por la “Triple A” – instigaba y hacía apología de las acciones terroristas, incluyendo dichos como :”sólo la guerra del pueblo salvará al pueblo” , “eliminar de esta tierra la raza de los explotadores” , etc. En 1976 se exilió a España y fue uno de los principales dirigentes que organizó las denuncias internacionales contra el país estructurando y coordinando una gran cantidad de organismos de denuncia de DDHH en Europa. Volvió al país en 1983 para seguir activando política e ideológicamente, presentó este libro y comenzó a organizar junto con el CELS de Verbitsky toda la estructura jurídica- política para eliminar las leyes de “Punto final” y “Obediencia debida” a fin de poder juzgar y condenar a todos los niveles de cuadros de las FFAA, de Seguridad y Policiales. En 1986, participó en Managua junto con Gorriarán Merlo del lanzamiento del Movimiento Todos por la Patria (MTP) que será quien ataque al RI Mec. de La Tablada.(libro “Memorias” de Gorriarán Merlo). Fue profesor de la UBA y hasta 2003 fue juez de Cámara de los Tribunales Orales, cargo al que renunció para participar de la campaña de Kirchner.

[2] En un reportaje, Firmenich había expresado que “alguno que otro desaparecido habría que no era militante”, pero la mayoría de ellos eran miembros de las organizaciones revolucionarias y la masa, eran montoneros.

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