sábado, 24 de enero de 2009

B087- La Unión Cívica Radical. 2da Parte

Boletín de fecha 14 de marzo de 2007

El primer gobierno de Yrigoyen.

En octubre de 1916 asumió el primer gobierno radical. Hipólito Yrigoyen en su mensaje al acceder a la presidencia, expresó:”Se muy bien que no soy un gobernante común, porque no hay poder humano que me hubiera persuadido a asumir tal posición. ... al asumir este mandato, he contraído una nueva obligación que es la de reconstruir la moral, política y administrativa de la República”. De inmediato intervino las provincias en las cuales se mantenían aún en vigencia los gobiernos de la época anterior, decisión intervensionista que fue muy criticada desde la oposición .

Si bien el programa general de la UCR consistía en mejorar el standard de vida de las clases medias y bajas, no hubo un replanteo económico-social que pudiese alterar la relación de fuerzas entre empresarios y trabajadores. Durante este primer gobierno tuvo que soportar frecuentes movimientos huelguísticos y sociales, secuela del malestar provocado por las consecuencias de la primera guerra mundial.

En 1917, 136.000 trabajadores fueron a la huelga; en 1919 la cifra subió a más de 300.000. El 70% de los huelguistas pertenecía al sector de los transportes a diferencia de los movimientos de la primera década del siglo, que en su mayoría se daba en pequeñas empresas y que no tenían mayor trascendencia pública, éstas provocaban serios trastornos a la población y desprestigiaban al gobierno.

Fue así como, en el momento en que las discrepancias entre el gobierno y los sectores opositores, llegaban a su culminación, ocurrieron en la Capital Federal, entre el 6 y el 13 de enero de 1919, los acontecimientos de la Semana Trágica. Los 2.500 trabajadores de los talleres metalúrgicos Vasena habían reclamado a sus patrones y éstos habían respondido con la negativa. El día 7 cayeron las primeras víctimas; la huelga se extendió y recibió el apoyo de las distintas entidades obreras, transformándose por sus características en una “huelga revolucionaria”. La acción policial, motivada por la muerte de un suboficial, produjo cuatro muertos y unos cuarenta heridos. El día 9 hubo un asalto de los huelguistas contra los talleres Vasena repelido por la policía que dejó un saldo de más de cuarenta muertos; hubo también intentos de quemar iglesias y saquear armerías.

Finalmente, el presidente Yrigoyen, desbordado por los acontecimientos, ordenó al general Luis Dellepiane, comandante de la División con asiento en Campo de Mayo, el control de la ciudad. Las dos centrales obreras, la anarquista y la socialista, proclamaron para el día 10 la huelga general. El Ejército con el control de la Policía, fue restituyendo la situación de seguridad la que se completó al cabo de tres días y que dejó un saldo de muertos y heridos muy elevado.

En 1920 hubo una nueva y prolongada huelga del gremio de los marítimos que fracasó, pero que entorpeció el movimiento de la lana de la Patagonia al que se sumó también la falta de compradores por la finalización de la guerra. Los grandes stocks sin comercializar que se acumularon, dieron origen a una gran crisis que abarcó y se abatió sobre los estancieros, los comerciantes y sobre todo, los peones patagónicos que vivían y trabajaban en condiciones extremadamente difíciles. Como resultado comenzaron a manifestarse los primeros indicios de malestar en la zona sur que luego desembocarían en uno de los hechos violentos y trágicos más significativos de nuestra historia del siglo XX.

Los dirigentes anarquistas de Río Gallegos iniciaron el conflicto y los peones rurales empezaron a manifestarse en el invierno de 1920. A fines de ese año y comienzos de 1921 se generalizó la huelga en el territorio de Santa Cruz; mientras algunos grupos ocuparon estancias y tomaron rehenes, pero sin producir muertes. Por las denuncias formuladas por la Sociedad Rural local y la información difundida por los medios periodísticos de Buenos Aires, el Presidente Yrigoyen ordenó el envío de efectivos del Ejército pertenecientes al Regimiento 10 de Caballería a las órdenes del teniente coronel Héctor B. Varela. (Ante la confusa información que se recibía, el presidente había optado por un hombre que contaba con antecedentes radicales) y a quien, en febrero de 1921, antes de partir, concedió una audiencia junto a su ayudante. Respecto a las órdenes impartidas, la misma fuente consigna que Yrigoyen tan sólo dijo: “ Vaya, teniente coronel, vea bien lo que ocurre y cumpla con su deber” .

El teniente coronel Varela logró que las partes en conflicto llegaran a un entendimiento que reconocía la mayor parte de los pedidos de los huelguistas y regresó a Buenos Aires, pero a fines de 1921 el conflicto volvió a estallar. Los huelguistas agregaron a su protesta una mayor violencia y comenzaron a cometer desmanes, convencidos por sus dirigentes, que sus patrones no cumplirían lo prometido.

Nuevamente destacado al Sur por orden presidencial, el teniente coronel Varela tomó conocimiento personal de los actos de vandalismo y crímenes cometidos por los activistas, entre los que se destacaban dirigentes anarquistas extranjeros y grupos chilenos (incluso militares) y consideró que los huelguistas habían traicionado el pacto de año anterior. En santa Cruz procedió a reprimir a los sediciosos y fusiló a sus cabecillas, mientras varios de ellos escapaban a Chile.

Finalizado así el conflicto, los anarquistas juraron venganza y, casi dos años después, a principio de 1923, el ascendido a coronel Varela fue asesinado por un anarquista alemán. Éste, detenido en la cárcel de encausados de Villa Devoto, fue muerto a su vez por un miembro de la Liga Patriótica mientras esperaba su condena en su interior. (Fuente parcial: Suplemento N° 70 del diario La Nación, año 2006)

Respecto a la economía el gobierno radical, de pensamiento “estatista”, trató que el Estado asumiera el control de los servicios públicos, de algunos medios de transporte masivos y de las reservas minerales fundamentales, aunque sin proponer nunca la nacionalización de las industrias. La filosofía adoptada podría resumirse así: “El Estado debe adquirir una posición preponderante en las actividades industriales de la Nación, de forma tal que pueda responder a los servicios públicos”. En 1922, se fundó a instancias del general Mosconi , Yacimientos Petrolíferos Fiscales.( YPF).

En el campo de la educación algunas fuentes indican el aumento positivo de la escolaridad primaria en casi un 50 por ciento, pero debemos marcar el gran error producido en el nivel universitario con la puesta en marcha de “la Reforma Universitaria de 1918” que dio origen a la aparición de un gobierno compartido en las altas casas de estudio lo que inició la politización de las universidades. Ello fue una gran victoria de las corrientes marxistas de la época y se constituyó en el comienzo de la decadencia de la excelencia en la educación universitaria en nuestra república, que en esa época, era uno de los 10 (diez) primeros países del planeta .

En el campo de la política internacional, se siguió una línea de neutralidad con respecto a las partes en lucha durante la “Primera Guerra Mundial” (1914-1918) y de crítica al Tratado de Versailles.

Alvear, segundo Presidente radical.

De la mano de Hipólito Yrigoyen, Marcelo T. de Alvear fue el candidato para la presidencia en la fórmula radical que se votaría en 1922 y que obtendría la mayoría con 458.500 votos.
Alvear había sido un conspicuo miembro del partido Radical desde la revolución de 1890. Provenía de una familia de la aristocracia porteña con gran conocimiento del mundo exterior, en especial de Europa, donde pasó varios años de su vida.

No bien asumió el gobierno, se rodeó de ministros “antiyrigoyenistas” y esa actitud consistió en toda una toma de posición ya que el “delfín” no sería influíble como lo había intuido, quizá, su antecesor. En 1923, todos los legisladores de la UCR estaban alineados, detrás de Yrigoyen o detrás de Alvear. Así fue como comenzaron dentro del partido las primeras divisiones importantes que marcaban distintas concepciones políticas e ideológicas .

El gobierno de Alvear siguió propiciando el desarrollo de una legislación laboral favorable a los trabajadores. Incentivó un aumento en el valor de la tierra y los salarios superaron ampliamente a los precios, motivo por el cual el nivel de las clases medias y proletarias fue aceptable.
Sin lugar a dudas este período de gobierno radical fue el más exitoso y reconocido, en tanto constituyó una época de paz y progreso. Alvear personificó a la corriente “antipersonalista que se oponía al liderazgo único de Yrigoyen y difería con el concepto intervencionista del Estado que el caudillo propiciaba en el plano político-económico.

2da presidencia de Hipólito Yrigoyen.

Yrigoyen asumió su segundo mandato como presidente en 1928, con 76 años y mentalmente disminuido. Su aislamiento, la oposición de los partidos conservador y del socialista, así como los efectos de la crisis mundial, impidieron que cumpliera con su programa de gobierno, aumentando la desocupación y los problemas económicos financieros.( los empleados públicos estuvieron 7 meses sin cobrar). La idea del golpe comenzó en 1929 a flotar en el ambiente, tanto los conservadores, los antipersonalistas como los socialistas comenzaron a ver en un gobierno de facto la única salida posible.

“Se creó deliberadamente una atmósfera proclive al derrocamiento de Irigoyen” ( suplemento Nro 75 del diario La Nación . Año 2006), avalado por groseros actos de corrupción que precipitaron el descrédito de su sector ( “personalistas”) en el partido. La renuncia de su vicepresidente Martínez y la falta de capacidad para cumplir con su responsabilidad, facilitaron la ruptura del orden constitucional que no fue resistida por nadie.

El general ( R ) José Félix Uriburu el 6 de septiembre de 1930, al frente de los cadetes del Colegio Militar de la Nación, en una marcha hasta la Casa de Gobierno, con la neutralidad de la Marina y el apoyo y vítores de las “Fuerzas vivas” y de la población, depuso al presidente Yrigoyen y dos días después prestó juramento como “Presidente” frente a una multitud congregada en la Plaza de Mayo. Era el primer golpe de Estado militar desde la Organización Nacional. Esa asunción fue convalidada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación de la época y con ello todas las leyes que dictara el gobierno de facto.

Continuación de la actividad política.

Los gobiernos que se sucedieron, luego de ese 8 de septiembre de 1930, tuvieron una suerte de vaivenes en el ejercicio de las actividades políticas, con alianzas que fueron propias de los enfrentamientos o intereses comunes y donde la Unión Cívica Radical tuvo un papel preponderante. El Dr. Arturo Frondizi expresa en su libro “ La Nación y sus Fuerzas Armadas” (Ed. Círculo Militar 1992, Cap.VI, página 71) que:... “durante los gobiernos de Uriburu y Justo, se produjeron conspiraciones militares en la Capital Federal y en distintas provincias, en las que tuvieron activa participación oficiales vinculados con el radicalismo como el General Toranzo, los Coroneles Atilio Cattaneo, Francisco Bosch y Gregorio Pomar, entre otros.”

Las elecciones de 1938 permitieron el acceso al poder nuevamente a la UCR. Fue electo presidente el Dr. Roberto M. Ortiz, quien no finalizó su mandato por enfermedad. Lo sucedió su vicepresidente el Dr. Ramón Castillo, quien no completó su mandato debido al golpe militar del 4 de junio de 1943, instigado por el GOU (Grupo Unido de Oficiales) cuyo secretario era entonces el coronel J. D. Perón.

Posteriormente, vemos al Partido Radical, en la oposición durante los dos primeros gobiernos de Perón, como así también su intensa actividad desarrollada, conjuntamente con distintos sectores de las Fuerzas Armadas, para su derrocamiento en 1955. Su participación en la “Revolución Libertadora” le permitió tener cargos en el gobierno e integrar la Junta Consultiva de aquel entonces.( Boletín Nro 04)

Luego de ese período y, para las elecciones del año 1958, la UCR había sufrido una nueva escisión. El año anterior se había formado, la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI) que lideraba el Dr. Arturo Frondizi quien triunfó en esas elecciones luego de un acuerdo con Perón al conseguir el voto del peronismo proscripto. Este presidente a pesar de sus importantes desarrollos económicos, al no poder cumplir con lo pactado tuvo gran oposición de los gremios y los proscriptos políticos peronistas, al mismo tiempo que tuvo inconvenientes con el sector militar que le hizo una innumerable cantidad de planteos. Tampoco tuvo apoyo de sus propio ex correligionarios que se encontraban nucleados en torno a la figura de Ricardo Balbín quien había constituído la Unión Cívica Radical del Pueblo (UCRP ).

La gestión de Frondizi fue particularmente sacudida por huelgas revolucionarias y acciones de atentados con explosivos dirigidas por John Williams Cooke desde Cuba, hecho agravado con la aparición de la primera “guerrilla” en Tucumán – Uturuncos – neutralizados por la detección y represión del gobierno.

Con el correr de los años, la UCRP pasó a ser la legítima continuadora del viejo partido (UCR) , ya sin aditamentos, mientras que la UCRI desaparecía para dar lugar al Movimiento de Integración y Desarrollo ( MID ) con la conducción de Frondizi y Rogelio Frigerio y el Partido Intransigente,( P I ) con la conducción del ex gobernador por la UCRI en la Provincia de Bs. As., Oscar Alende.

Producido el derrocamiento de Frondizi en 1962 por las Fuerzas Armadas,( Boletín Nro 4) durante el interregno de José María Guido, se prepararon las elecciones de 1963. En la lucha interna del radicalismo se impuso la corriente negociadora del interior, constituyendo una fórmula presidencial de la UCRP con dos tradicionales dirigentes del partido: Arturo Umberto Illia de Córdoba y Carlos H. Perette de Entre Ríos

Este binomio radical ganó las elecciones con un reducido caudal de votos ( 25% ) debido a la proscripción del justicialismo y al veto militar que sufriera el “Frente Nacional”, (que estaban organizando peronistas, demócratas cristianos y conservadores populares) y asumió el 12 de octubre de 1963.

A esta situación de debilidad política , se sumó un plan de lucha con atentados con explosivos, toma de fábrica con rehenes, etc, organizado por la CGT y un grupo llamado “peronismo revolucionario” con integrantes influidos por el castrismo e instruidos en Cuba. También debemos consignar que el presidente Illia tuvo que asumir una acción frontal y decidida contra el “Ejército Guerrillero del Pueblo” que con mandos cubanos y la idea de preparar el terreno para la venida del “Che Guevara”, había instalado campamentos en el NO Argentino. (ver Boletín Nro 5)

FIN DEL BOLETÍN Nro 87.-

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Es una serie informativa sobre acontecimientos de nuestro pasado reciente , destinado principalmente a quienes no los vivieron y para los que los olvidaron .
Su exposición no busca polemizar ni agraviar , sino lograr la concordia a través de la verdad y la equidad en el tratamiento de los dramáticos sucesos vividos en la década del 70 que vienen siendo parcializados y distorsionados mediante una campaña de mentiras y desinformación interesada.