sábado, 12 de abril de 2008

B016- Legalización del Partido Justicialista

Boletín de fecha: 22 de abril de 2005

Legalización del Partido Justicialista

La legalización del Partido Justicialista, estuvo precedida por una serie de acontecimientos que se deben considerar como antecedentes, toda vez que fueron los que marcaron la finalización del gobierno de la Revolución Argentina como así también, la ratificación del encauzamiento hacia la salida política.

Nace “La Hora del Pueblo” y el “Encuentro Nacional de los Argentinos” (ENA)

Hacia fines de 1970 en el país todavía no se vislumbraba lo que produciría el primer gobierno comunista surgido de elecciones libres aparecido detrás de la cordillera de los Andes.
El “Cordobazo”, de finales de mayo del año anterior, sumado a los continuos asaltos, secuestros y tomas de fábricas que se manifestaban en las más importantes urbes y en sus conurbanos, como así también los sucesivos asesinatos de policías, comenzaron a borrar las incredulidades de los políticos.

Para todo observador imparcial, los hechos eran más que suficientes para justificar inquietud, por la cual comenzaron a sucederse conversaciones y reuniones entre dirigentes partidarios. La primera reunión se realizó en las afueras de la Capital Federal con personas de diferentes extracciones políticas. De allí surgió un proyecto, que consistía en agrupar a las principales organizaciones representativas para elaborar un plan en común , cuyo primer paso estaba encaminado en tratar de hacer volver a Perón al país en la idea de demitificar el eterno retorno, controlar sus contactos con la guerrilla y luego establecer un cronograma electoral.
La segunda reunión, efectuada en la Capital Federal, con la participación de mayor cantidad de dirigentes contó, a instancias del anfitrión, con la presencia de Jorge D. Paladino delegado de Perón. De estas reuniones nació La Hora del Pueblo, nucleamiento que tuvo muchos altibajos a pesar de haber recibido el apoyo de buena parte de las dirigencias partidarias, excepto de las izquierdas que, a instancias del Partido Comunista formaron el llamado Encuentro Nacional de los Argentinos (ENA), con la misión de actuar según fueran las iniciativas de la primera, es decir, contrarrestarla si fuera necesario o coincidir según las circunstancias, pero afirmando siempre la presencia de la izquierda institucionalizada.


Asume la presidencia el Tte Gral Lanusse.

Con motivo del “Viborazo”, ocurrido en Córdoba entre el 12 y 13 de marzo de 1971 y otros hechos propios del desenvolvimiento del gobierno, la Junta de Comandantes en Jefe se hizo cargo de la conducción del país y el 23 de ese mes tomó la decisión de destituir al entonces presidente, general de brigada Roberto M. Levingston., modificar el Estatuto de la Revolución Argentina y designar en su reemplazo al Comandante en Jefe del Ejército Tte Gral Alejandro A. Lanusse. Este retuvo su comando y consecuente con ello, la Junta también decidió que, en su carácter de Presidente de la República, ejerciera la titularidad de la Junta de Comandantes.

El 25 de marzo de 1971 asumió el cargo y el mismo día nombró como Ministro del Interior al importante dirigente y ex legislador radical, Dr.Arturo Mor Roig. Conociéndose los antecedentes del ministro recién designado, el gobierno del General Lanusse dió muestras evidentes que tenía previsto un desemboque electoral en un plazo más o menos corto. Tan es así, que el 1° de abril de 1971, el gobierno dictó un decreto por el cual se restituía la plena vigencia de los partidos políticos que se habían declarado disueltos cincuenta y ocho meses atrás. El texto del decreto, muy breve, expresó: “Queda rehabilitada la actividad política en toda la república. A tal efecto será derogada la ley N° 16.894”.

El Plan Político.

Las bases del Plan Político fijado por el gobierno prosiguió en su desarrollo. El 3 de septiembre de 1971 habían sido devueltos a Perón, en Madrid, los restos de Eva Perón. De la misma manera, se comenzaron algunos trámites para iniciar una negociación con el líder justicialista que incluían aspectos tales como la anulación de los cargos que pesaban contra él y la restitución de grado, títulos y honores.
Durante el mismo mes y año se anunció, por parte del ejecutivo, que las elecciones presidenciales se realizarían el 25 de marzo de 1973 y, quien resultase electo asumiría la presidencia el 25 de mayo de ese mismo año. No obstante lo expuesto, durante el mismo período que nos ocupa, las bandas terroristas subversivas continuaban con hechos de extrema violencia y sin solución de continuidad, despreciando todo acto de reencause del país hacia la vida política y en democracia.

Reconocimiento y legalización del Partido Justicialista.

Finalmente en enero de 1972, el teniente general Lanusse, presidente de facto de la Nación, instrumentó el reconocimiento del Partido Justicialista como una agrupación legal, a los efectos de que el mismo pudiera competir en el proceso de un plan electoral, cuyo principal artífice había sido su ministro del Interior, Dr. Arturo Mor Roig. Este político, en 1974, sería asesinado por la espalda por Montoneros quienes “explicaron” que lo hicieron “para llamar la atención”, molestos por no haber sido llamados por la presidente a participar de la consulta con políticos, convocada después de la muerte de Perón.

El llamado a elecciones previstas para marzo de 1973, tenía una cláusula especialmente dirigida a Perón donde se imponía a los candidatos a presidente a residir en el país antes del 25 de agosto de 1972 . Asimismo debe recordarse que el 3 de noviembre de 1971 el Secretario General del Justicialismo y delegado de Perón, Jorge D. Paladino, caído en desgracia, renunció a su cargo. En su reemplazo, fue nombrado como nuevo delegado un viejo militante que en la segunda presidencia del líder justicialista, ocupó la presidencia de la Cámara de Diputados, el Dr. Héctor J. Cámpora. Con la finalidad de entregar a Perón un extenso informe sobre la situación del país y recibir instrucciones para la actividad partidaria, convulsionada por los enfrentamientos que provocaban sectores de izquierda, el nuevo delegado viajó a la capital española el 26 de enero de 1972.

María Estela Martínez de Perón, que había llegado al país el 7 de diciembre del año anterior, cumpliendo directivas expresas de su marido, desarrolló una serie de actividades que eclipsaron en gran medida la figura de Cámpora. Siempre acompañada por José López Rega, se entrevistó con la mayoría de los dirigentes del justicialismo que, con posterioridad, ocuparían cargos de importancia a partir del 25 de mayo de 1973. El 2 de marzo de 1972 emprendió su regreso a Madrid con la permanente presencia del oscuro personaje mencionado, que sería su futuro ministro de Bienestar Social.

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Es una serie informativa sobre acontecimientos de nuestro pasado reciente , destinado principalmente a quienes no los vivieron y para los que los olvidaron .
Su exposición no busca polemizar ni agraviar , sino lograr la concordia a través de la verdad y la equidad en el tratamiento de los dramáticos sucesos vividos en la década del 70 que vienen siendo parcializados y distorsionados mediante una campaña de mentiras y desinformación interesada.